¿Cómo reconocer y prevenir la deshidratación en tu bebé?
La deshidratación en los bebés puede ser preocupante, sobre todo porque los más pequeños no pueden decirnos cómo se sienten. Los recién nacidos tienen necesidades de líquidos más altas debido a su rápido metabolismo, y dependen completamente de sus cuidadores para mantenerse hidratados. Aquí te contamos cómo identificar los signos de deshidratación, prevenirla y cuándo es necesario acudir al médico.
Signos de deshidratación en tu bebé: ¿Qué debes observar?
Como padre o madre, es importante que estés atento a ciertos signos que pueden indicar que tu bebé está deshidratado. Algunos de los más comunes son:
- Llanto sin lágrimas
- Boca seca o pegajosa
- Ojos hundidos
- Menor frecuencia de orina o pañales menos mojados
- Sed evidente
- Respiración rápida o anormal
- Irritabilidad o somnolencia excesiva
- Pérdida de peso, especialmente en bebés menores de un año
Si notas alguno de estos síntomas, es importante actuar rápidamente para evitar que la deshidratación avance.
¿Cómo prevenir la deshidratación, especialmente en épocas de calor?
Durante los meses calurosos, o si el bebé está más activo de lo normal, es esencial aumentar su ingesta de líquidos. Si le das lactancia materna, asegúrate de ofrecerle el pecho con más frecuencia. Si usas fórmula, puedes seguir el mismo principio, pero sin sobrealimentar.
Algunos consejos útiles:
- Aumenta las tomas de pecho o de fórmula durante el calor.
- Limita la exposición directa al sol, especialmente en las horas de mayor intensidad.
- Mantén a tu bebé fresco con ropa ligera y ambientes ventilados.
¿Qué hacer si sospechas que tu bebé está deshidratado?
Si crees que tu bebé puede estar ligeramente deshidratado, especialmente si ha tenido vómitos o diarrea, puedes ofrecerle pequeñas cantidades de solución de rehidratación oral entre las tomas de leche.
Para administrarla, usa una jeringa o una cucharadita pequeña. Comienza con 5-10 ml (una cucharada pequeña) cada 5 minutos. Si lo tolera bien, puedes ir aumentando la cantidad. Como referencia, la dosis recomendada es entre 5-10 ml por kilo de peso del bebé, por cada episodio de diarrea o vómito abundante.
Recuerda: nunca le des medicamentos para el vómito o la diarrea sin consultar al médico.
¿Cuándo es momento de acudir al médico?
Es crucial buscar atención médica si observas cualquiera de estos signos:
- Vómitos constantes o incapacidad para retener líquidos.
- Si tu bebé está apático, no muestra interés por jugar o no sonríe como de costumbre.
- Rechazo a las tomas, menor ingesta o si pasa más tiempo entre tomas.
¿Qué situaciones aumentan el riesgo de deshidratación?
Algunas condiciones, como la gastroenteritis aguda (vómitos o diarrea), la fiebre alta que causa sudoración, o infecciones como la faringitis, pueden aumentar el riesgo de deshidratación en los bebés.
Para reducir estos riesgos:
- Lávate bien las manos antes de tocar al bebé.
- Mantén su entorno bien ventilado.
- Evita el contacto con personas enfermas.
Recuerda que los bebés son más vulnerables, por lo que la prevención y el monitoreo constante son clave para evitar complicaciones.
Laura Junquera Palacios
EIR Pediatría HM Nens