Un pediatra, médico de familia u otro profesional de la salud debidamente capacitado debe examinar los ojos de un recién nacido para evaluar su salud ocular general y realizar una prueba de reflejo rojo en la sala de maternidad. Cualquier bebé con un reflejo rojo anormal requiere una consulta urgente. Se debe solicitar a un oftalmólogo que examine a todos los bebés de alto riesgo (es decir, aquellos con riesgo de desarrollar retinopatía de la prematuridad (ROP); aquellos con antecedentes familiares de retinoblastoma, glaucoma o cataratas en la infancia; aquellos con antecedentes familiares de distrofia/degeneración retiniana; aquellos con enfermedades sistémicas o retrasos neurodesarrollados asociados con problemas oculares; aquellos con cualquier opacidad de los medios oculares; o aquellos con nistagmo.
A partir de los 3 años, la exploración oftalmológica es crucial por varias razones:
- Detección temprana de ambliopía (ojo vago): Es fundamental identificar y tratar la ambliopía lo antes posible para evitar problemas de visión a largo plazo.
- Prevención de enfermedades: Permite detectar enfermedades como glaucoma o retinoblastoma, que pueden causar secuelas irreversibles o incluso ceguera
- Desarrollo visual: Durante los primeros años, el sistema visual está en desarrollo y es altamente plástico. Una revisión permite asegurar que el sistema visual madure adecuadamente
- Rendimiento escolar y social: Problemas visuales no detectados pueden afectar negativamente el aprendizaje y la interacción social del niño
En resumen, una revisión oftalmológica a esta edad es esencial para garantizar un desarrollo visual saludable y prevenir problemas futuros.