Según la OMS se calcula en 135 millones los enfermos de diabetes en el mundo, de los cuales un 25% no saben que padecen la enfermedad. Se calcula que con el crecimiento actual de nuevos enfermos en 25 años se habrá doblado el número de enfermos, acercándose a los 300 millones de diabéticos
El Dr. Pavia especialista del Servicio de Endocrinología infantil del Hospital de Nens de Barcelona, con sus respuestas nos aporta algunas ideas básicas sobre la diabetes, y nos acerca brevemente a las distintas líneas de investigación y futuras expectativas de tratamiento.
¿Qué es la diabetes?
Es una enfermedad crónica metabólica, de tipo autoinmune, en la cual se va produciendo un aumento progresivo de la glucosa en la sangre (glucemia), por un defecto en la secreción de insulina por el páncreas o bien porque la insulina no puede ejercer su acción, debido a que existe una situación de resistencia.
¿Hay distintos tipos de Diabetes?
Desde un punto de vista práctico, podemos definir la existencia de dos tipos de diabetes:
a) Tipo 1: también llamada insulinodependiente, en la que no hay producción de insulina por las células beta del páncreas.
b) Tipo 2: o no insulinodependiente en una primera fase, en la que hay una resistencia a la acción de la insulina y que se caracteriza por una excesiva secreción por parte del páncreas.
Hay otros tipos, secundarios a otras enfermedades o a medicaciones, en las que la acción de la insulina está frenada o su acción dificultada.
¿Qué factores intervienen en la aparición de diabetes en el niño y en el adolescente?
En la diabetes tipo 1, se hereda la predisposición a la enfermedad. Posteriormente, hay una inflamación de las células beta del páncreas que fabrican la insulina. Este proceso inflamatorio, conocido como «insulitis», va progresando (ver la figura, con la primera imagen normal y las siguientes obscureciéndose por el proceso inflamatorio) y cuando el número de células funcionantes ronda el 10%, es cuando se manifiesta clínicamente la enfermedad, con sus síntomas típicos de polidipsia (mucha sed), poliuria (orinar mucho) y pérdida de peso.
Por lo que respecta a la tipo 2, que se hereda de forma directa, lo que sucede es que la insulina no puede hacer su acción metabólica y ello provoca que se segregue en exceso y posteriormente, con los años, tenga lugar el agotamiento del páncreas. La causa más importante de este tipo de diabetes, es la obesidad.
En estos momentos hay que decir que la diabetes tipo 1 no tiene una curación definitiva. Hemos de pensar que en su origen hay una destrucción total de las células beta, por un proceso autoinmunitario (nuestro sistema de defensas ataca a las células) que por ahora no puede ser reversible. Los estudios que se están realizando sobre tratamientos genéticos, son una vía de esperanza para la curación, aunque no se dispondrá de ellos en breve plazo.
En el caso de la diabetes secundaria a otras enfermedades o medicaciones, algunas veces se puede solucionar el problema.
Es un polipéptido constituido por dos cadenas de aminoácidos, en forma helicoidal y que se encuentran unidos por dos puentes que contienen azufre y que estabilizan la molécula.
Inicialmente fue descrita por Nicolás Paulescu en un trabajo que se ha ignorado, y posteriormente fueron Banting y Best, en Canadá, los primeros que la utilizaron para tratar la diabetes tipo 1 de un adolescente.
La unidad de insulina se define como la cantidad necesaria para disminuir la glucemia en ayunas de un conejo de 2 kilos, desde 120 hasta 45 mg/dl.
¿Qué es la «luna de miel» en el niño diabético?
Esta fase de la evolución posterior al diagnóstico y tratamiento inicial de una diabetes tipo 1 debutante, se conoce desde el punto de vista médico, como «fase de remisión». El mecanismo es el siguiente: la insulina que se administra de forma exógena, tiene, además de una acción reguladora de la glucemia, otra acción que se dice inmunomoduladora; es decir que atenúa la respuesta del organismo a la inflamación de las células beta del páncreas. Así pues, el proceso que se ha iniciado enlentece su progresión y ello hace que las células que quedan, fabriquen una cierta cantidad de insulina por lo que las dosis de insulina necesarias para regular la glucemia sean más bajas y por consiguiente el equilibrio metabólico sea más fácil de conseguir. Esta fase se puede presentar al poco tiempo después del diagnóstico y tiene una duración variable, sin sobrepasar generalmente el año.
Desde el punto de vista médico se define como: unas necesidades de insulina al día, de hasta 0,3 unidades por kilo, ausencia de síntomas de diabetes y controles glucémicos normales.
¿Son importantes la alimentación y el ejercicio físico en el niño diabético?
Son fundamentales. Forman parte del trípode del tratamiento de los dos tipos de diabetes que hemos considerado.
Con la organización de una dieta adecuada a la edad y actividad física del niño, podemos conseguir la correcta nutrición y el normal crecimiento. Además, al conocer el total de calorías que se toman y su reparto a lo largo del día, se podrá acoplar la dosificación de insulina de forma más correcta.
En cuanto al ejercicio, no es obsoleto el recordar el axioma clásico de «mens sana in corpore sano». Una actividad física regular, adecuada a la edad de cada niño y diaria, ayuda a conseguir un buen control metabólico. En el caso de la diabetes tipo 1 conviene recordar, no obstante, que el ejercicio ayuda si la dosis de insulina es la correcta, pues en caso contrario, se puede obtener el efecto contrario. Para la diabetes tipo 2, el ejercicio físico ayudará de forma notable a reducir la grasa corporal.
¿Para cuando un tratamiento sin pinchazos?
Haremos referencia a los dos tipos de pinchazos:
El de los controles glucémicos, realizados en los dedos, no se pueden evitar, ya que representan el sistema de control de las acciones terapéuticas que vamos realizando.
El de la insulina: ya se ha comentado que la insulina es una hormona proteica y por lo tanto no se puede administrar por la boca, ya que se destruye en el estómago. Así las cosas, el pinchazo es la única vía de administración por el momento, para la diabetes tipo 1.
En algunos casos de intolerancia importante al pinchazo, se ha empleado el bolígrafo sin aguja, por dispersión. Con ese aparato la absorción de insulina es más rápida y se multiplican las administraciones. Solo se usa en caso de terror a la inyección.
Si nos preguntamos ¿hay perspectivas?, la respuesta es afirmativa. En algunas indicaciones específicas: lactantes, adolescentes con control muy irregular o en diabéticas embarazadas, la utilización de las bombas de insulina puede facilitar y mejorar el control metabólico y disminuir así el número de pinchazos de insulina. No obstante, este sistema exige un buen nivel de entrenamiento y ser muy conocedor de las normas de autocontrol.
La posibilidad de los trasplantes de islotes de células beta es una buena perspectiva, aunque el tema todavía no está bien resuelto en humanos. Actualmente se están ensayando los xenotrasplantes, a partir de páncreas de cerdo, a nivel experimental.
Dentro de los diferentes caminos o vías de administración, tras numerosos ensayos clínicos, en la CEE se ha autorizado la comercialización de insulina inhalada, que por ahora está limitada a los adultos. Los buenos resultados publicados, hacen pensar que en algún momento se podrá utilizar en adolescentes.