El hecho que un niño presente síntomas durante la práctica de ejercicio físico es una situación más frecuente de lo que se puede pensar. Sin embargo, conviene diferenciar qué síntomas son banales y cuáles son alarmantes y por lo tanto, deben ser valorados por un especialista.
Así, en la categoría de síntomas banales, es decir aquellos que pueden presentarse de forma habitual en cualquier deportista, están la fatiga y los mareos leves en deportes de alta intensidad o en aquellos casos en los que hace poco que se ha iniciado la práctica deportiva (por ejemplo, tras el parón veraniego). Suelen ser síntomas que se deben a adaptaciones del sistema cardiorrespiratorio y desaparecen tras 1-2 semanas de practicar ejercicio físico de forma regular. El corazón es un músculo más y, como tal, hay que ejercitarlo. Un corazón poco habituado al ejercicio físico late más rápido y se fatiga antes porque ha perdido fuerza de contracción. Lo contrario sucede en niños que practican mucho deporte, donde la fuerza de contracción es mayor y por lo tanto tienden a la bradicardia (pulsaciones bajas) y la resistencia mejora. Con el entrenamiento, el corazón se hipertrofia, aumenta la fuerza contráctil y la taquicardia disminuye. En consecuencia, se gana resistencia cardiovascular.
Los síntomas que requieren atención y valoración por un especialista son el dolor torácico, los mareos intensos, la taquicardia excesiva (sobre todo si se mantiene tras el esfuerzo físico) o la pérdida de consciencia relacionada con el ejercicio físico. De estos síntomas, los más frecuentes son el dolor torácico y los mareos. En la mayoría de los casos el dolor o los pinchazos tienen su origen en la musculatura de la pared torácica y no en el corazón. Sin embargo, siempre conviene descartar: miocardiopatías (enfermedades del músculo cardiaco, sobre todo si hay antecedentes familiares), pericarditis (inflamación del tejido que envuelve el corazón) o patologías de las arterias coronarias (extremadamente raras en niños). Los mareos durante el esfuerzo físico son también síntomas comunes y suelen deberse a una deficiente adaptación del sistema cardiovascular al deporte. En estos casos conviene testear la tensión arterial, y en el caso que estuviera baja recomendar deportes adecuados para hipotensos, y realizar una analítica sanguínea. La pérdida de consciencia durante el esfuerzo físico y la taquicardia excesiva tras esfuerzo físico son síntomas que requieren una valoración preferente para descartar arritmias ya que pueden constituir los síntomas iniciales de una enfermedad cardiaca importante.
Los antecedentes familiares son relevantes cuando en la familia ha habido casos de miocardiopatías, arritmias o muertes súbitas en niños o adultos jóvenes y/o infartos en menores de 55 años.
El electrocardiograma es la prueba básica que se debe realizar ante la aparición de síntomas durante el esfuerzo físico. Es una prueba sencilla, indolora y ampliamente disponible, que permite descartar numerosas enfermedades cardiacas prevenibles. Las asociaciones europea y americana de cardiología (AEPC, AHA) recomiendan realizar un electrocardiograma a todos los niños y adolescentes que practiquen deportes de competición y valoran positivamente extender esta prueba incluso también a los niños no deportistas. Otras pruebas más específicas como la ecocardiografía o la prueba de esfuerzo pueden ser útiles para completar el diagnóstico en ciertos casos y muy recomendables dependiendo del tiempo y la intensidad del deporte practicado.
En resumen, los síntomas durante el esfuerzo físico son frecuentes al iniciar la actividad física y en la mayoría de casos no reflejan una patología cardiaca, pero dependiendo del tipo de síntoma y la frecuencia convienen ser valorados por un especialista. El consejo deportivo realizado por expertos pediátricos ayuda a reducir estos síntomas y favorece que la práctica deportiva sea cardiosaludable y sin riesgo.
Dr. José Manuel Siurana
Jefe de Servicio de Cardiología Infantil HM Nens
Jefe de la Unidad de Rendimiento Físico HM Nens