Los recién nacidos aún no diferencian entre el día y la noche. Su patrón de sueño se distribuye a lo largo de las 24 horas del día. Debido a que sus pequeños estómagos no pueden contener suficiente leche materna o fórmula para mantenerlos saciados por mucho tiempo, suelen despertarse con frecuencia para alimentarse, sin importar si es de día o de noche tienen ciclos ultradianos.
¿Cuántas horas duerme un bebé recién nacido?
Según la Fundación Nacional del Sueño de EE.UU. (NSF, por sus siglas en inglés), los recién nacidos deben dormir entre 14 y 17 horas cada 24 horas. Algunos pueden llegar a dormir hasta 18-19 horas diarias.
Los recién nacidos se despiertan cada poca hora para alimentarse. Los bebés que son amamantados suelen comer con mayor frecuencia, aproximadamente cada 2-3 horas, mientras que los que toman biberón lo hacen aproximadamente cada 3-4 horas.
Si un recién nacido duerme más tiempo del habitual, es necesario despertarlo para alimentarlo. Asegúrate de despertar a tu bebé cada 3-4 horas para darle de comer hasta que muestre un buen aumento de peso, lo cual generalmente ocurre en las primeras semanas de vida. Después de eso, es posible dejar que el bebé duerma por más tiempo durante la noche.
Los primeros meses con un bebé pueden ser los más desafiantes para los padres, quienes probablemente se levantarán varias veces por la noche para atenderlo. Cada bebé tiene su propio ritmo de sueño; algunos empiezan a dormir «toda la noche» (es decir, de 5 a 6 horas seguidas) alrededor de los 2 o 3 meses, mientras que otros no lo hacen (es recomendable que en estos meses los padres adapten el ritmo de sueño del bebe).
¿Cuál es la mejor manera para que duerman los bebés?
En las primeras semanas de vida, muchos padres deciden compartir la habitación con su bebé. Esto implica que el bebé duerma en una cuna, moisés o minicuna dentro del dormitorio de los padres, en lugar de en una habitación separada. Esta práctica facilita las tomas nocturnas, permite consolar al bebé rápidamente y supervisarlo con mayor facilidad. La Academia Americana de Pediatría (AAP) sugiere que los padres compartan la habitación, pero no la cama, con el bebé (si aun así deseas practicar el colecho deber practicarse el colecho seguro.
El colecho seguro se refiere a la práctica de dormir con el bebé recién nacido, o no, habilitándole un espacio propio e independiente, aunque al lado de los padres, para descansar y dormir evitando todo tipo de riesgos.
La AEP(asociación española de pedaitria), en el mismo informe (Colecho, síndrome de muerte súbita del lactante y Lactancia Materna. Recomendaciones actuales de consenso), apunta que el colecho esta desaconsejado en algunos casos porque aumenta más el riesgo de SMSL. Estos supuestos son:
- Cuando los lactantes tienen menos de tres meses.
- Cuando sean prematuros o pesen poco al nacer.
- Con padres que consumen tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
- Cuando los papis están extremadamente cansados, como ocurre en el periodo de postparto inmediato.
- Cuando el colecho se practica en superficies demasiado blandas, en colchones de agua, sofás o sillones.
- Cuando se comparte la cama con otros familiares, otros niños o con varias personas.
Aunque compartir la habitación es seguro, dormir en la misma cama no lo es. Compartir la cama aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y otras muertes relacionadas con el sueño.
Consejos para un ambiente de sueño seguro para su bebé:
- Acuesta siempre a tu bebé boca arriba para dormir, nunca boca abajo o de lado. Desde que la AAP recomendó esta práctica en 1992, la tasa de SMSL ha disminuido significativamente.
- Utiliza una superficie de dormir firme y estable, como un colchón adecuado. Cubre el colchón con una sábana bien ajustada.
- Mantén la cuna o el moisés libres de objetos. No coloques juguetes, almohadas, mantas, edredones, colchas, sábanas mal ajustadas o protectores de cuna en el área donde duerme el bebé.
- Evita sobrecalentar al bebé. Vístelo de acuerdo con la temperatura ambiente, sin sobreabrigarlo. Observa señales de sobrecalentamiento, como sudoración o una piel que se siente muy caliente.
- Mantén al bebé alejado del humo del tabaco, ya que ser fumador pasivo incrementa el riesgo de SMSL.
- Ofrece un chupete al bebé para dormir, pero no lo fuerces. Si el bebé suelta el chupete mientras duerme, no es necesario volver a colocárselo. En el caso de bebés amamantados, espera a que la lactancia esté bien establecida antes de ofrecer un chupete.
- Presta atención a posibles peligros, como objetos con cuerdas, cintas o cordones que puedan enrollarse alrededor del cuello del bebé, así como artículos con esquinas o bordes afilados. Ten en cuenta los objetos que tu bebé podría alcanzar mientras está de pie o sentado en la cuna. Los móviles sobre la cuna, las decoraciones colgantes, y los cordones de persianas pueden ser peligrosos si están al alcance del bebé.
- No permitas que tu bebé se duerma en productos que no están diseñados específicamente para el sueño del bebé. Evita dejar que el bebé duerma en dispositivos para sentarse (como asientos de automóvil), almohadas de lactancia, o contenedores para bebés.
- No confíes en productos o dispositivos que afirmen reducir el riesgo de SMSL, como posicionadores de sueño o monitores que prometen detectar la respiración o el ritmo cardíaco del bebé.
- Evita el uso de mantas pesadas, pijamas o arrullos gruesos sobre o alrededor del bebé.
- Asegúrate de que todos los productos de sueño para bebés cumplan con los estándares de seguridad federales y estén aprobados por la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de EE.UU. (CPSC).
Consejos para ayudar a tu recién nacido a dormir:
Cada bebé tiene su propio ritmo. Con el paso de las semanas o meses, tú y tu bebé encontrarán una rutina que funcione para ambos.
Puede llevarle algunas semanas al cerebro de tu bebé aprender a diferenciar entre el día y la noche. Aunque no hay formas rápidas de acelerar este proceso, puedes ayudar manteniendo un ambiente tranquilo y silencioso durante las tomas nocturnas y los cambios de pañal. Mantén las luces bajas, evita las luces blancas en el dormitorio y evita hablar o jugar con el bebé. Esto reforzará la idea de que la noche es para dormir. Si es posible, deja que el bebé se duerma en su cuna o moisés para que se acostumbre a ese lugar como el espacio para dormir.
No intentes mantener despierto a tu bebé durante el día con la esperanza de que duerma más por la noche. Los bebés que están demasiado cansados pueden tener más dificultades para dormir (por que pueden estar más estresados) de noche que aquellos que han descansado lo suficiente durante el día.
Los padres deben saber reconocer el “sueño activo” (él bebe suele hacer sonidos y movimiento durante el sueño) característico de esta edad para NO interrumpirlo. Es momento de no realizar prácticas inadecuadas que puedan predisponer al desarrollo de problemas y/o trastornos del sueño
Si tu bebé está inquieto, es perfectamente adecuado acunarlo, abrazarlo y cantarle para tranquilizarlo. Envolverlo en una manta ligera puede ayudar a calmarlo si está llorando. Si el bebé empieza a intentar voltearse mientras está envuelto, es una señal de que es momento de dejar de hacerlo. Durante los primeros meses, no hay peligro de «malcriar» a tu bebé. De hecho, los bebés que son atendidos y cargados frecuentemente durante el día suelen tener menos cólicos y menos molestias.
¿Cuándo deberías contactar a un médico?
Aunque la mayoría de los padres pueden esperar que sus recién nacidos duerman y tomen muchas siestas a lo largo del día, hay una amplia variedad dentro de lo que se considera normal. Si tienes alguna inquietud sobre el sueño de tu bebé, consulta a tu médico.