En el servicio de urgencias nos encontramos frecuentemente con las reacciones alérgicas, y es que el grado de sensibilización a diferentes componentes alimentarios, farmacológicos o ambientales ha aumentado.
Pero no solo basta con estar sensibilizado, también existen cofactores como el ejercicio, estrés, fármacos, periodo menstrual, clima (días muy calurosos o fríos), coincidencia del esfuerzo físico con la estación polínica, que pueden desencadenar una reacción alérgica.
La alergia inducida por el ejercicio es un trastorno poco frecuente que prevalece en adolescentes y adultos, puede inducir síntomas desde prurito -picor- cutáneo, calor local, rinoconjuntivitis, lesiones en la piel -ronchas-, urticaria generalizada, angioedema -edema de piel y mucosas-, dificultad respiratoria incluso anafilaxia.
El mecanismo exacto de alergia inducida por el ejercicio sigue sin estar claro, pero se sospecha que la actividad física puede inducir la degranulación mastocitaria -sustancias necesarias que desencadenan la reacción alérgica- al aumentar la frecuencia cardiaca, redistribuye el flujo sanguíneo, mejorando la permeabilidad del alérgeno.
También se ha descrito en la alergia inducida por el ejercicio, que más del 50% de los deportistas han ingerido un alimento al que esta sensibilizado, estos alimentos suelen coincidir con una proteína que está en la capa externa de muchos vegetales (hojas, piel, cascaras) es la proteína de transferencia de lípidos (LTP).
La LTP se puede encontrar en:
- Frutas: melocotón, albaricoque, cerezas, granada, mandarina, naranja, plátano, kiwi, manzana, pera, uva, fresas, frambuesas y mora.
- Hortalizas: brócoli, repollo, col, coliflor, zanahoria, tomate, lechuga, apio, perejil
- Cereales: maíz, trigo, cebada
- Frutos secos: almendra, avellana, castaña, pipas de girasol y nuez
- Legumbres: lentejas, judías, cacahuete, soja y habas
- Otros: polen y látex
El método más adecuado para el diagnóstico de alergia inducida por el ejercicio es una adecuada historia clínica recordando todos los alimentos ingeridos antes y después de la actividad física, así como fármacos y demás cofactores que pueden estar asociados, recomiendo solicitar visita por Alergología para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento es limitar la ingesta de los alimentos a los cuales nuestro cuerpo esta sensibilizado 2-4 horas antes y 2 horas después de la actividad física. En la literatura científica en ningún momento se contraindica la práctica deportiva.
Mi recomendación final es: si presenta los síntomas descritos previamente o sospecha de anafilaxia, no se automedique, debe consultar al servicio de urgencias más cercano.
A modo de resumen
– La alergia puede ser de diferentes tipos, en función del tipo de sustancia que origina la sensibilización. Es frecuente que las personas puedan estar sensibilizadas a productos ambientales con síntomas respiratorios y alimentos, con síntomas digestivos y generalizados.
– La alergia alimentaria puede iniciarse en cualquier momento de la vida, aunque es más habitual durante los primeros años de vida. La leche y el huevo son los alimentos que originan más sensibilización.
– La alergia inducida por ejercicio es una entidad poco frecuente relacionada con la proteína LTP. El descubrimiento de la sensibilización a esta proteína, ha cambiado el planteamiento en el diagnóstico y el tratamiento de las alergias alimentarias.
– Las reacciones que se pueden producir en caso de alergia pueden ser graves. La expresión más grave es la anafilaxia. El tratamiento de elección en caso de anafilaxia es la adrenalina. Hay personas que llevan adrenalina encima por la probabilidad de desarrollo de esta reacción.
Artículo de la Dra. Yanira Castillo, médico especialista en Medicina Deportiva
Publicado también en la revista Esportiu Maresme