El uso de las pantallas en la infancia

Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) pueden ser muy positivas para el aprendizaje de niñ@s mayores y adolescentes. También permiten adquirir habilidades tecnológicas que necesitarán en su futuro. Pero un mal uso, incluyendo un inicio a edades tempranas, puede generar problemas físicos (dolor de espalda, fatiga ocular, problemas del sueño y sedentarismo), académicos (trastornos del aprendizaje, menor concentración o rendimiento), psíquicos (adicción y estrés) y sociales (aislamiento y pérdida de interés).

Para saber un poco más…

El uso de pantallas y el aprendizaje

Los programas de calidad tienen beneficios educativos en niñ@s mayores de 2 años (habilidades sociales, lenguaje, nivel aprendizaje, etc.): en menores de esta edad NO ESTÁ COMPROBADO que los tengan.
Hasta los 2 años, l@s niñ@s no tienen la maduración cerebral suficiente para entender la representación real equivalente a la pantalla; pueden quedarse deslumbrados con los colores brillantes y el movimiento, pero su cerebro no es capaz de darles sentido. La fascinación tiene mucho que ver con la admiración y la pasividad, a diferencia de la atención que conlleva unos procesos de selección de la información, de discriminación de lo que realmente es importante y, por lo tanto, de aprendizaje.

L@s niñ@s pequeñ@s aprenden con el movimiento y en contacto con las personas significativas para ell@s más que ante cualquier pantalla. Hasta los 3 años necesitan de la experiencia real del tacto, de correr hacia el objeto, cogerlo, lamerlo y tirarlo para integrar el objeto.
Hay estudios que muestran un retraso en la adquisición de lenguaje en l@s niñ@s más expuest@s a pantallas antes de los 2 años de edad, así como un incremento de los casos de hiperactividad al cabo de 7 años.

Por último, a menudo la fascinación por las pantallas conlleva dejar de lado otros juegos convencionales que implican actividades imprescindibles para el buen desarrollo neurológico de l@s niñ@s.

El uso de pantallas y el sueño

La luz que emiten las pantallas actúa bloqueando la secreción de melatonina, que es un inductor fisiológico del sueño, alterando el ritmo de sueño y vigilia y afectando al sistema inmunitario: se ha comprobado que l@s niñ@s expuest@s a pantallas duermen menos horas y el sueño es menos reparador.

El déficit de horas de sueño incide negativamente en la estabilidad emocional de l@s niñ@s y adolescentes, así como en su rendimiento académico.

El uso de pantallas y la salud ocular

El exceso de exposición a pantallas se ha asociado con un incremento de casos de miopía y de fatiga visual en l@s niñ@s.

El uso de las TIC y la obesidad

El uso de pantallas conlleva un estilo de vida sedentario que favorece la aparición de obesidad y diabetes.

 

Hay que ayudar a l@s más pequeñ@s a realizar una introducción progresiva y guiada al uso de pantallas para que se puedan beneficiar de sus ventajas, más que recibir las consecuencias negativas de un uso inadecuado.
Hay que ser conscientes de que l@s padres y madres son un ejemplo para sus hij@s y que sus hábitos tendrán influencia sobre su comportamiento. Si los niñ@s ven hacer un uso intensivo del móvil o tableta a sus padres y madres, tendrán tendencia a hacer lo mismo.

 

PAUTAS ÚTILES Y TIEMPOS RECOMENDADOS

  • Menores de 2 años:

    • Evitar el uso de pantallas de cualquier tipo.
  • De 2 a 3 años:

    • Priorizar juegos con contacto físico: juegos de falda o con movimiento, cuentos, construcciones…
    • Uso de pantallas acompañado, sólo programas escogidos y exposición limitada (menos de media hora diaria).
  • De 3 a 6 años:

    • Priorizar juegos que conlleven contacto físico y/o movimiento.
    • Incremento progresivo y supervisado del uso de pantallas hasta una hora diaria.
    • Guardar los dispositivos en un lugar no accesible y acostumbrar a que pidan permiso para utilizarlos. Es recomendable que l@s niñ@s no tengan ningún tipo de aparato audiovisual en el dormitorio.
    • Aplicaciones seguras: proteger de contenidos inadecuados mediante controles parentales.
    • Elegir juegos, programas de TV o aplicaciones apropiados para la edad.
    • Evitar uso de las TIC en los hábitos cotidianos: vestirse, lavarse, ordenar juguetes, ir a dormir…
    • Disfrutar del hábito de contar un cuento antes de ir a dormir.
    • Aprovechar el tiempo de las comidas para hablar, sin pantallas.
    • Evitar uso de pantallas una hora antes de acostarse: el brillo de las pantallas afecta a la conciliación y calidad del sueño.
    • No usar las pantallas de forma sistemática como “canguro” para distraer a l@s niñ@s (coche, autobús, salas de espera, mientras se hacen las tareas de casa…).
    • Utilizar las pantallas siempre en un área que esté bien iluminada, evitando brillo elevado de la pantalla y acercarse mucho a la misma.
    • En caso de llevar gafas, deben utilizarse cuando se esté delante del dispositivo.
  • A partir de 6 años:

    • Incremento progresivo y supervisado del uso de pantallas hasta dos horas diarias.
    • Mismas recomendaciones que en el apartado anterior.

 

Fuentes:   https://www.aepap.org/