El sueño y su hijo de 4 a 7 meses

A esta edad, tu bebé probablemente ya esté desarrollando un patrón de sueño más estable. Aunque algunos bebés, especialmente aquellos que solo se alimentan con leche materna, aún pueden despertarse durante la noche, la mayoría ya no requiere ser alimentada a medianoche intenta no despertarlo para alimentarlo.

¿Cuántas horas debería dormir mi bebé?

La Fundación Nacional del Sueño (NSF) recomienda que los bebés de esta edad duerman entre 12 y 16 horas en un período de 24 horas. Esto incluye un largo periodo de sueño nocturno continuo y, al menos, dos siestas durante el día. En promedio, los bebés suelen dormir entre tres y cuatro horas durante el día.

A partir de los seis meses, la mayoría de los bebés son capaces de dormir por lo menos 9 horas seguidas durante la noche, con algunos despertares breves.

A los 4 meses comienzan a desarrollas el ciclo circadiano por los cual es recomendable exponerle a primera hora de las mañana a la  luz del sol y disminuida las luz y evitar exposición a luz blanca en la noche.

¿Cómo deben descansar los bebés?

La Academia Americana de Pediatría (AAP) sugiere compartir la habitación con el bebé, pero no la cama, al menos hasta que el bebé cumpla su primer año o, como mínimo, hasta que tenga seis meses, que es cuando el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es mayor.

Compartir la habitación significa que el bebé duerme en una cuna, moisés o cuna portátil en el mismo cuarto que los padres, en lugar de una habitación separada. Esto permite a los padres tener al bebé cerca para las tomas nocturnas y ofrece la oportunidad de consolarlo y supervisarlo durante la noche.

Si bien compartir la habitación es seguro, colocar al bebé en la misma cama con los padres no lo es. Dormir en la misma cama con un bebé incrementa el riesgo de SMSL y otras muertes relacionadas con el sueño.

Sigue estas recomendaciones para asegurar un entorno seguro para el sueño de tu bebé:

  • Siempre acuesta a tu bebé boca arriba para dormir; nunca lo pongas boca abajo o de lado. Las tasas de SMSL han disminuido significativamente desde que la AAP hizo esta recomendación en 1992. Una vez que tu bebé aprenda a darse la vuelta solo, está bien dejarlo en la posición en la que se acomode.
  • Usa un colchón firme, plano y estable, cubierto con una sábana bien ajustada.
  • Mantén la cuna o moisés libre de objetos adicionales. No pongas juguetes de peluche, almohadas, mantas, edredones, sábanas sueltas o protectores de cuna en el área donde duerme tu bebé.
  • Para evitar el sobrecalentamiento, viste a tu bebé acorde a la temperatura de la habitación sin sobreabrigarlo. No cubras la cabeza del bebé mientras duerme y presta atención a signos de sobrecalentamiento, como sudoración o si se siente demasiado caliente al tacto.
  • Mantén a tu bebé alejado del humo del tabaco, ya que la exposición al humo aumenta el riesgo de SMSL.
  • Ofrece un chupete a la hora de dormir, pero no lo obligues a usarlo. Si el chupete se cae mientras el bebé duerme, no es necesario volver a colocarlo. Si estás amamantando, espera a que la lactancia esté bien establecida antes de ofrecer un chupete.
  • Mantente alerta a otros posibles peligros, como objetos con cordones, cintas o cuerdas que podrían enrollarse alrededor del cuello del bebé, así como objetos con bordes o esquinas afiladas. Revisa que no haya objetos peligrosos al alcance del bebé en la cuna.
  • No permitas que tu bebé se duerma en productos que no estén diseñados específicamente para dormir, como asientos de automóvil, almohadas de lactancia o dispositivos para bebés.
  • Evita el uso de productos que afirmen reducir el riesgo de SMSL, como posicionadores de sueño o monitores de respiración. Ningún producto puede prevenir el SMSL.
  • No uses mantas pesadas, pijamas gruesos o arrullos en torno al bebé.
  • Asegúrate de que todas las superficies y productos para dormir cumplan con los estándares de seguridad federales establecidos por la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de EE. UU. (CPSC).

Cómo ayudar a tu bebé a dormir mejor

Si ya has comenzado una rutina para la hora de acostar a tu bebé, asegúrate de seguirla consistentemente. Si aún no lo has hecho, este es un buen momento para empezar. Actividades relajantes que indican que es hora de dormir pueden ayudar a calmar a tu bebé y prepararlo para el descanso nocturno. Un baño cálido, seguido de un cuento o una canción, pueden ser parte de una rutina que señalará el final del día, y estas mismas actividades se pueden mantener durante los próximos años.

Es importante que tu bebé aprenda a dormirse por sí mismo. Para ello, pon en práctica la rutina de acostarlo mientras está somnoliento, pero aún despierto. Si llora, espera unos. Es posible que se calme solo y se duerma sin ayuda.

Si el llanto persiste, trata de calmarlo sin sacarlo de la cuna. Este proceso se puede repetir varias veces hasta que el bebé comprenda que llorar no hará que lo saquen de la cuna. Puede ser difícil para los padres escuchar llorar a su bebé, pero si estás seguro de que tu hijo está a salvo (que no tiene hambre, no está mojado o sucio y no está enfermo), está bien dejarlo unos minutos  para que se calme solo.

¿Por qué mi bebé sigue despertándose por la noche?

Incluso los bebés que ya han comenzado a dormir durante largos períodos pueden despertarse ocasionalmente durante la noche, al igual que los adultos. Algunos bebés pueden buscar la presencia de sus padres y llorar al despertar, calmándose una vez que sienten que mamá o papá están cerca. Esto puede ser debido a la ansiedad por separación, una etapa normal del desarrollo que ocurre en estos meses.

Permite que el bebé se queje durante unos minutos antes de responder. Después de verificar que todo está bien, consuela a tu pequeño sin sacarlo de la cuna y deja que se vuelva a dormir por sí solo.

Recuerda: abrazar, alimentar o hablar con tu bebé cada vez que se despierte a medianoche puede fomentar que se despierte regularmente buscando este tipo de atención.

¿Cuándo es necesario contactar al médico?

La mayoría de los bebés a esta edad tienen una rutina estable para la hora de dormir, con patrones de sueño regulares y la capacidad de dormir durante toda la noche. Sin embargo, hay una amplia variabilidad en lo que se considera normal. Si   tienes alguna preocupación sobre los hábitos de sueño de tu bebé, consulta con tu médico para obtener orientación.