¿Tendré leche suficiente? (I): El origen del problema

Con este artículo iniciamos una serie de 3 en la que abordaremos uno de las principales dudas de las madres lactantes: ¿Tendré leche suficiente para amamantar a mi hij@?

Una de las razones que más habitualmente dan las madres en todo el mundo, para suspender la lactancia o introducir alimentos complementarios precozmente, es que piensan que no tienen leche suficiente o que la calidad de su leche es mala. A veces, son los parientes, amigos o agentes de salud quienes sugieren a la madre que puede no tener leche suficiente. Parece que en todas las sociedades, la confianza de las madres en su capacidad para satisfacer las necesidades de sus hijos se minan fácilmente.

Casi todas las madres pueden producir leche suficiente para uno o incluso más niños, con tal que el niño succione eficazmente y tome el pecho tan a menudo como él quiera. Incluso cuando una madre percibe que su leche es insuficiente, habitualmente su hijo obtiene toda la leche que necesita; es excepcional que una madre no produzca suficiente leche para alimentar a su hijo. La cantidad de leche que producen los pechos está determinada por la cantidad que toma el niño; aumenta cuando el niño toma más.

Las madres que piensan que no tienen leche suficiente necesitan la ayuda y el apoyo de una persona experta.

A veces, sin embargo, un niño realmente no obtiene suficiente leche. Habitualmente esto se debe a que el niño no succiona bastante, o no succiona eficazmente. Cuando una madre nota que tiene poca leche, lo habitual es que se trate de alguno de los siguientes casos:

  • La  posición del niño o el agarre del pecho no es correcto, por eso el bebé no “vacía” bien las mamas y estas dejan de producir la cantidad de leche que necesita el bebé. En este caso suele haber dolor al mamar o grietas. Es necesario corregir la posición. Lo ideal es que alguien experto evalúe la toma. Es importante que contacte con alguien que le ayude a corregir la postura: pediatra, matrona, enfermera pediátrica o experto en lactancia.
  • Hay leche pero la madre no se nota “la subida” y duda de que tenga suficiente. Esto suele ocurrir tras los primeros meses de lactancia. Normalmente el niño tarda menos en hacer la toma y extrae la leche más eficazmente. Si el niño está tranquilo y feliz y moja 4-5 pañales diarios, es que está tomando la leche que necesita.
  • El bebé ha crecido bruscamente y necesita más leche. Los baches de lactancia o brotes de crecimiento: El bebé reclama mamar más a menudo (lo que la madre interpreta como que tiene hambre) y la madre no nota el pecho tan lleno (lo que interpreta como que ella no tiene leche suficiente). En realidad, lo que ocurre es que el bebé reclama más a menudo porque está creciendo (por eso se llaman también «baches o crisis de crecimiento») y esto hace que su apetito aumente; y  la madre no tiene los pechos tan llenos porque a esa edad la producción de leche de la madre se ha adaptado ya a las necesidades del bebé, ya no gotea, ni se tienen los pechos tan llenos, ni se nota tanto la subida de leche. Además, el lactante vacía el pecho con más eficacia, tarda menos tiempo y hace más rápida la toma. De modo que lo adecuado es intentar adaptarse al bebé. A lo mejor sólo necesita que lo tomen más tiempo en brazos, pero si pide más pecho porque necesita comer más, la solución es ponerlo más al pecho para que aumente la producción. Si en lugar de pecho le damos un biberón, esto no hará que aumente la leche y normalmente empeorará las cosas.