La legislación actual dispone que podemos disfrutar de 16 semanas de permiso de maternidad por el hecho de ser madre (biológica, en caso de adopción o acogida). Normalmente, aquí intentamos sumar y sacar días de donde sea. Horas de lactancia, vacaciones que nos quedan, reducción de jornada (compactada o no), excedencias, días personales que nos deben… Iniciamos un baile de números para llegar a una conclusión final: el día X me incorporo al trabajo. Actualmente, el bebé, gracias al permiso de paternidad, se suele quedar con el padre, pero a pesar de esto, cuando sabemos el día de nuestra reincorporación al mundo laboral, iniciamos una marcha atrás y aparece en nosotras una serie de dudas y sensaciones/emociones contradictorias que en ocasiones nos crean malestar. Intentaremos dar respuesta a estas:
- El hecho de incorporarme al trabajo, me hace sentir culpable. Tengo ganas de volver a trabajar, pero a la vez siento tristeza y me cuesta dejar a mi bebé. La reincorporación no te debe hacer sentir culpable. Plantéatelo de otra manera. Si tu trabajo te gusta, te llena y te sientes bien, tu hijo/a lo notará y tus experiencias positivas serán transmitidas así a tu hijo/a. Esto es positivo.
- ¿Cómo me organizaré el trabajo, dentro y fuera de casa? Analiza la situación y mira de que dispones: horarios flexibles, teletrabajo …, son posibilidades que hasta ahora tal vez no habíamos pensado, pero que nos pueden facilitar la vida ahora.
- La decisión de tener un hijo/a normalmente es compartida, tengas pareja o seas monoparental (en este caso habrás compartido la decisión con tus padres, hermano/a, amigo/a…), intenta compartir las dudas y soluciones. Las penas compartidas, pesan menos. Poder hablar y discutir posibilidades implica compartir responsabilidades.
- Has de tener un «plan B». Cualquiera que sea la decisión que toméis, has de tener un plan alternativo. Siempre existe el día en que el bebé se pone enfermo y no puede acudir a la escuela, o la cuidadora se pone enferma o los abuelos tienen un viaje programado. Tener previstas estas situaciones os dará tranquilidad.
- Y muy importante, sea cual sea la decisión tomada, guarda un tiempo cada día para tu hijo/a. Para jugar, ir al parque, bañarlo, reír, cenar juntos… Altérnalo con tu pareja, si tienes, no es necesario que estemos todos juntos todos los días.
¿Qué alternativas tenemos cuando se acaban todos los permisos? Pros y contras de las distintas alternativas:
Abuelos/familiares:
Diríamos que es una relación necesaria, que re refuerza con el cuidado de los nietos y es buena para ambos. Los abuelos tienen más tiempo para jugar y estar con ellos además, posiblemente, están más relajados. Saben canciones, cuentos e historias familiares que a nuestros hijos/as les encantan y la información que les dan es importante. Es fundamental acordar con ellos normas, todo no está bien, y los límites no están reñidos con el cariño. Y finalmente si son los abuelos, suele ser una alternativa rentable económicamente. El bebé sigue en un ambiente familiar y se respeta su horario a la vez que disminuye el riesgo de infecciones
Hemos de valorar la edad de nuestros mayores y su estado de salud e intentar que no cambie sustancialmente su ritmo de vida, han de tener tiempo para leer, ir al gimnasio o salir con el grupo que salían. Recordad siempre que ellos son los cuidadores, no los educadores, si cambiamos mucho su forma de vida y volcamos en ellos mucha responsabilidad, finalmente se sentirán agobiados y estresados, repercutiendo negativamente en nuestro hijo/a. Finalmente deberíamos de valorar la seguridad en casa de los abuelos. Es posible que haga tiempo que no tienen criaturas por casa y posiblemente deban adquirir hábitos nuevos como guardar los fármacos o productos de limpieza en sitio seguro; piezas pequeñas, frutos secos… que no estén a su alcance; revisar cables, enchufes en mal estado, ventanas….
Cuidadores/canguros:
Como en la situación anterior, el bebé sigue en un ambiente familiar, se respeta su horario a la vez que disminuye el riesgo de infecciones. Debemos hacer una valoración meticulosa de la persona que va a cuidar nuestro bebé y esto no siempre es fácil. Nos fijaremos en la capacidad de relación con nuestro hijo/a; en la afectividad que transmite; en la efectividad en situaciones especiales (será capaz de actuar ante un accidente?, fiebre? como actuará ante una rabieta?…) Valoraremos también su sensibilidad y no nos olvidaremos de su higiene (lavado de manos antes y después de cambiar al bebé, antes de prepararle la comida…). Es importante ver como trabaja y lógicamente su incorporación ha de ser progresiva para observar su actitud y sobre todo para que vaya creando vínculo con nuestro bebé.
Entre los límites que nos encontramos si nos decidimos por esta opción están: En ocasiones, los padres/madres tenemos sensación de inseguridad, si no conocemos a la persona cuidadora o no tenemos referencias. La falta de programa por parte del cuidador/a si no conoce bien su trabajo seria otra limitación. Pero el principal problema suele ser el riesgo de variaciones frecuentes. Hablábamos en el artículo de «vuelta al cole», de la capacidad que tienen los pequeños/as de crear relaciones afectivas con nuevas personas, este vínculo les da seguridad siempre que sea estable y continuo. El cambio de cuidador/a frecuente y en consecuencia la ruptura de este vínculo creará en nuestro hijo/a inestabilidad, inseguridad, ansiedad y frustración
Guardería:
En este caso valoraremos que tengan un programa educativo según edad. Que los espacios interiores sean amplios, luminosos y estén bien ventilados, una correcta ventilación disminuye el riesgo de infección, los espacios exteriores han de tener zonas de sol y de sombra. El personal ha de ser cualificado y el centro ha de cumplir la ratio de profesores/alumnos según edad. Han de cumplir medidas de seguridad (barreras en escaleras y ventanas, juegos según edades, enchufes altos o tapados…), utilizar material de un solo uso y la cocina ha de estar limpia y ventilada con capacidad de hacer dietas especiales si se necesita. Es importante que nos den información diaria, por escrito, de lo que ha comido, horas de sueño, deposiciones… Entre las principales ventajas de ir a la guardería es que el niño/a se relaciona con otros de su misma edad, así como con otros adultos y esto es importante a partir de los 18 meses, no antes. La calidad de los alimentos sueles estar controlada y ser correcta y las dietas suelen ser variadas, en ocasiones más que en casa, y se trabajan los hábitos. Suelen haber menos accidentes porque son espacios creados para ellos/as y además, en la escuela, gracias a la experiencia de los/as profesionales, se suelen detectar déficits o problemas de forma precoz de nuestros hijos/as que los padres/madres no suelen observar por falta de experiencia o referencias. Sin lugar a duda la integración a la escuela ha de ser de forma progresiva para ir conociendo los espacios, aceptar la nueva situación y sobretodo crear vínculo, de forma progresiva, con los cuidadores.
El principal límite de la Guardería es el mayor riesgo de infecciones. El niño/a se infecta de forma acelerada respecto al que no va. Espacios a veces poco ventilados, ausencia de hábitos de higiene debido a la edad, juguetes y objetos contaminados que se intercambian entre ellos/as predisponen a estas infecciones frecuentes. A esto debemos sumar que muchas infecciones propias de estas edades se contagian antes de manifestarse los primeros signos de la enfermedad
Otras opciones:
- Madres de día, servicio muy difundido en Europa y no de la misma forma en todas nuestras comunidades autónomas. Tiene como finalidad contribuir a la educación de forma individualizada de los menores de 3 años. La cuidadora sueles ser especialista en educación infantil, psicóloga o psicopedagoga infantil y adapta parte de su espacio familiar para el cuidado de niños/as. El número de estos es inferior al de la guardería, el trato es mas individualizado y el riesgo de infecciones menor.
- Espacios Familiares, dependen del ayuntamiento y no todos los tienen. Son espacios de atención a la infancia de 0-3 años y su objetivo es apoyar y acompañar a las familias con pequeños/as de esta edad. Organizan actividades 1-2 días por semana por grupos de edad. Los niños/ as han de ir acompañados y una condición para acceder es no estar inscrito a la Guardería. Muchos de ellos también organizan actividades para los adultos. Es una buena alternativa si decidimos no escolarizar a nuestro hijo/a hasta los 3 años. Ayudaremos con esta actividad a socializarlo.
- Ludotecas públicas o privadas que tienen como objetivo garantizar el derecho al juego de nuestros niños/as. Organizan los espacios por edades y juegos y los niños/as deben estar siempre acompañados. Están reguladas por decreto. Igual como en el caso anterior es una buena alternativa de socialización si decidimos no escolarizar a nuestro hijo/a hasta los 3 años.
Siempre, como hemos dicho, la adaptación ha de ser progresiva por nuestro bebé y porque posiblemente si damos el pecho nuestro organismo se ha de ir adaptando a los nuevos horarios. Habla con tu Pediatra, él/ella te orientará y ten en cuenta que cualquiera de las opciones de las que hemos hablado es buena siempre que hayamos llegado a la opción por consenso con nuestra pareja o con aquel/llos que están implicados en la educación de nuestro hijo/a. Es importante que seamos consecuentes con nuestra forma de pensar y que confiemos en aquellos/as que se quedaran con nuestros hijos/as, será la única forma de establecer buenas relaciones con aquellos/as que nos ayudan a educarlos, existirá una correcta cooperación, evitaremos fricciones y esta actitud de confianza repercutirá de forma positiva en nuestros hijos/as.