Parece que en los últimos dos meses ha habido más casos y brotes de paperas de los que habitualmente suele presentarse.
En la gráfica podemos observar en las columnas azules los brotes y en las columnas grises, los casos declarados.
¿Se trata de una enfermedad grave o preocupante?
En general hay que decir que no. Se trata de una enfermedad de las glándulas salivales, preferentemente la glándula parótida.
Alrededor de un 10% de los casos pueden presentar manifestaciones clínicas de meningitis vírica. Se trata de una meningitis que no suele presentar complicaciones y evoluciona espontáneamente a la curación sin ningún tipo de tratamiento específico. Puede dar lugar también a pancreatitis.
Es una enfermedad que tiene la mala fama de la presentación de orquitis (inflamación testicular con posibilitar de atrofia), lo que sucede después de la pubertad y es excepcional en niños. En las chicas la inflamación de los ovarios (ooforitis), es menos conocida. Como todas las enfermedades víricas pueden presentar también otras complicaciones raras como artritis, sordera o trombocitopenia.
¿Qué germen produce las paperas?
El más conocido es el virus de la parotiditis, pero también el virus de Epstein-Barr (mononucleosis infecciosa), citomegalovirus, parainfluenza tipo 1, enterovirus, virus de la inmunodeficiencia humana entre otros y menos frecuente, pero también posible que sea causada por bacterias.
¿Cuáles son las manifestaciones características de la enfermedad?
Aparición bastante repentina de tumefacción de la parótida (cara de batracio), aunque puede ir precedida, uno o dos días antes, de dolor de oído. Se pueden afectar las dos parótidas o sólo una. La tumefacción levanta el lóbulo de la oreja. Duele a la presión y al hablar. La piel que la recubre no presenta signos inflamatorios. La secreción salival está mermada y unida al dolor hace que dificulte la alimentación. Suele durar unos 6-7 días. Mucho menos frecuente pero también posible es la afectación de las otras glándulas salivales.
¿Cuánto tiempo contagian los enfermos?
La máxima transmisión del virus comienza antes de las manifestaciones clínicas de tumefacción.
Se aísla el virus de la saliva, vehículo de transmisión, 7 días antes y hasta 8 días después de la tumefacción. Los objetos donde resto saliva pueden también ser vehículo de transmisión.
¿Qué periodo de incubación tiene?
Lo más frecuente entre 16 y 18 días, pero puede ser a veces de 12 a 25 días
¿Cuánto tiempo debe estar aislado el enfermo?
Hasta 5 días después del inicio de la tumefacción el niño o la niña no debería acudir al colegio ni a actividades sociales.
¿Cuál es su tratamiento?
No hay un tratamiento específico, se tratan los síntomas.
¿Existe vacuna para la parotiditis?
Sí, existe una vacuna de virus vivo atenuado, que es uno de los componentes de la vacuna triple vírica (rubeola-sarampión-parotiditis). Se aplican dos dosis, que en nuestro entorno suele ser administrada entre los 12 y 15 meses con un recordatorio a los 3-4 años, según los diferentes calendarios que han existido desde su implementación en 1981 sistemático a todo España. En el transcurso de los años se han aplicado diferentes cepas. Principalmente la cepa Jeryl Lynn (la actualmente empleada), pero también se ha utilizado la cepa Rubini entre los años 1994-96.
¿Cómo puede ser que enfermen de paperas niños vacunados correctamente?
En primer lugar hay que recordar que no hay un único virus como responsable y por tanto puede darse por otros virus de los que no hay vacunas. Pero efectivamente ha habido casos por el virus de las paperas como indica la gráfica de casos facilitada por el Departament de Salut.
La vacuna de las paperas actual, que es la de la cepa Jeryl-Lynn, no es el 100% efectiva. Se considera que a pesar de recibir dos dosis su efectividad es del 88%, con oscilaciones (66-95%), mientras que cuando se recibe una dosis 78%, con oscilaciones (49-92%).
Esto hace que la enfermedad se pueda presentar entre individuos perfectamente vacunados y el hecho de que convivan niños de la misma edad en centros escolares o deportivos, puede propiciar que más de uno esté entre los que no hayan hecho una respuesta correcta de anticuerpos y favorecer el contagio. Por tanto favorecer la aparición de pequeños o grandes brotes.
Actualmente hay casos entre escolares, podría ser favorecido por el que se acaba de explicar y entre universitarios. Estos, probablemente serían mayoritariamente entre los vacunados con otra cepa (Rubini) durante los años 94-96, que posteriormente se vio que no era plenamente efectiva.
Otras posibilidades son la pérdida de protección del la protección inmunitaria de la vacuna con los años y los cambios de agresividad de las cepas de los virus infectantes.
Dr. Antoni Martínez Roig
Consultor senior