Lunares en la piel de los niños, ¿cuándo debemos preocuparnos?

¿Qué son los nevus melanocíticos?

Los nevus melanocíticos se conocen coloquialmente como lunares. Son lesiones cutáneas, planas o sobreelevadas, que normalmente son marrones, pero pueden ser del color de la piel, rosados o incluso azules o grises. Algunos ya aparecen al nacer, aunque más frecuentemente aparecen en la infancia o adolescencia. Así, es frecuente llegar a la edad adulta con 10-20 nevus melanocíticos. Son lesiones en cuya estructura hay gran número de melanocitos, que son las células que fabrican la melanina, de ahí que tiendan a tener un color pardo.

 

¿Cuál es la causa de aparición de los nevus?

Existe una gran predisposición genética o heredabilidad, siendo habitual que las personas con nevus tengan progenitores con similar cantidad, localización y tipo de nevus. Por otro lado, la exposición solar favorece la aparición de nuevos lunares, así como cambios en los ya existentes. Por eso en edades avanzadas, es normal encontrar más nevus en zonas que han estado expuestas al sol.

 

¿Por qué es importante revisar los nevus melanocíticos?

Los nevus tienen una pequeña posibilidad de convertirse en melanoma, que es un cáncer de piel que puede llegar a ser mortal. Aunque es raro en la edad pediátrica, puede aparecer ocasionalmente en la pubertad. El melanoma es excepcional a edades tempranas.

 

¿El melanoma sólo se origina sobre un nevus?

No siempre. De hecho es frecuente encontrar melanomas que surgen “de novo”, es decir, en un lugar de la piel en la cual antes no existía ninguna lesión. Por ello es especialmente importante acudir al dermatólogo ante la aparición de nuevos lunares, sobre todo después de la pubertad.

 

¿Qué son los nevus melanocíticos congénitos?

Son aquellos nevus que ya están presentes al nacimiento o aparecen a los pocos meses después.  Siempre crecen, sobre todo en los primeros años de vida, de forma proporcional al crecimiento del bebé.

 

¿Hay más riesgo de melanoma sobre un nevus congénito que sobre un nevus adquirido con posterioridad?

En la edad pediátrica sí existe más riesgo de desarrollar un melanoma sobre un nevus congénito que sobre los nevus adquiridos. Tienen un riesgo especial (hasta un 5 %) los nevus melanocíticos congénitos gigantes (tamaño esperado de más de 40 cm). En nevus congénitos de tamaños más pequeños es riesgo es menor al 1 %. El riesgo de melanoma sobre nevus adquirido o “de novo” en la edad pediátrica es muy bajo.

 

 

¿Cada cuánto deben revisarse los nevus en los niños?

Eso va a depender de muchos factores, y debe decidirlo un dermatólogo. Por lo general tiene en cuenta el tipo de piel del niño, la cantidad y tipo de nevus que tiene, el momento de aparición y los antecedentes familiares, tanto de lunares como de cáncer de piel.  También influirá el tipo de exposición solar que haya recibido o esté recibiendo el niño y la capacidad de la familia para poder valorar cambios significativos en los lunares. Estos cambios serán explicados por el especialista, pero ante cualquier cambio significativo, deberá acudir a revisión.

 

¿Qué cambios deben hacernos sospechar de que un nevus es peligroso?

Sobre todo nos basaremos en la regla del ABCD.

  1. Cuando un lunar muestre una Asimetría evidente.
  2. Cuando los Bordes del lunar sean irregulares o diferentes por zonas.
  3. Cuando un lunar presente varios Colores.
  4. Cuando haya un crecimiento importante de Diámetro.

En cualquier caso hay que saber que los nevus en los niños suelen estar más activos que en el adulto, y no siempre que veamos un cambio de los mencionados va a significar que el nevus está volviéndose peligroso.

 

¿Cómo puedo ayudar yo a que los lunares de mi hijo no se vuelvan malos?

Lo primero es extremar al máximo las medidas ya conocidas de protección solar.  Hay que evitar las horas de máxima radiación, proteger al niño con ropa y fotoprotectores, renovándolos con frecuencia, y sobre todo, evitar las quemaduras solares, pues son un factor de riesgo independiente de todos los demás para desarrollan cáncer de piel. Por otra parte llevaremos al niño a revisión siempre que el pediatra o el dermatólogo lo indiquen, y también siempre que detectemos en sus lunares un cambio que nos llame la atención. Siempre es mejor una visita de más que de menos.