El paludismo, conocido también con el nombre de malaria, es una enfermedad causada por el parásito del género Plasmodium, que se contagia por la picadura del mosquito Anopheles hembra.
Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor muscular, cefalea, diarrea, tos y postración.
En el año 2010 unos 3.300 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población mundial, estuvo expuesta al paludismo, especialmente las personas que viven en los países más pobres. De éstas, 216 millones se vieron afectadas por la enfermedad y otras 655.000 murieron, siendo la mayoría (90%) niños menores de 5 años.
El Día Mundial del Paludismo, instituido por la 60 Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2007, supone el reconocimiento de los esfuerzos de todos para controlar eficazmente la enfermedad.
La OMS, mediante el Programa Mundial contra el Paludismo, apoya los programas nacionales de lucha contra el paludismo de los diferentes países, con asistencia técnica en el diagnóstico y tratamiento, medidas de prevención y control de los vectores, vigilancia epidemiológica e investigación.
El Dr. Álvaro Díaz, responsable de la Consulta de Patología Tropical, Niño viajero y Niño adoptado, nos recuerda habitualmente la importancia de la prevención del paludismo cuando viajamos a áreas endémicas y de los esfuerzos que se realizan para el control de la enfermedad y en la investigación de nuevos tratamientos y vacunas.