Niños y monedas

La curiosidad que despiertan las monedas, aporta un riesgo de accidente por atragantamiento a los niños pequeños, en edades inferiores a los 5 – 6 años. Este riesgo es conocido en aquellos niños a los que se les deja jugar con monedas.

La facilidad con que los niños pequeños, desde lactantes hasta los 5 – 6 años, se llevan a la boca los objetos es una cualidad del ser humano que viene determinada por el interés en probar con el tacto oral aquellos objetos que manipulamos y vemos, se denomina – fase oral del desarrollo psicomotor – y aparece a la edad temprana de los 2 meses de vida, edad en que el lactante se lleva sus propios puños a la boca, se intensifica a medida que el lactante es más hábil en la manipulación de objetos y desciende su intensidad hacia los 2 – 3 años pero no de forma total, hasta el adulto conserva esta característica humana.

La novedad que supone el Euro en los domicilios puede llevar a bajar la guardia a las familias, dejando que sus pequeños jueguen con la nueva moneda. Existe el evidente riesgo de que los pequeños coloquen las monedas en la boca pudiendo ser tragadas hacia el estómago, situación que no implica riesgo para la salud, pero en la maniobra de deglución de la moneda existe el riesgo de que se quede enclavada en la entrada de la laringe lo cual es una situación de riesgo extremo de ahogamiento por tapón de la vía aérea hacia los pulmones.

Aconsejamos no dejar jugar con monedas a ningún niño por debajo de los 5 – 6 años, a partir de cierta edad (3-4 años), enseñarles bajo supervisión directa de un adulto recordandoles que no se tienen que poner en la boca.

 

 

Revisado y actualizado en Noviembre del 2007