El 31 de mayo de cada año la OMS celebra el Día Mundial sin Tabaco, cuyo objetivo consiste en señalar los riesgos que supone el consumo de tabaco para la salud y fomentar políticas eficaces de reducción de dicho consumo. El consumo de tabaco es la segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensión, y es responsable de la muerte de uno de cada diez adultos.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. El consumo de tabaco es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria.
El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer y las enfermedades pulmonares y cardiovasculares. A pesar de ello, su consumo está muy extendido en todo el mundo. Varios países disponen de leyes que restringen la publicidad del tabaco, regulan quién puede comprar y consumir productos del tabaco, y dónde se puede fumar.
En el humo de tabaco hay unos 4000 productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos, y más de 50 cancerígenos para el ser humano. El humo de tabaco en espacios cerrados es inhalado por todos; por lo tanto, tanto fumadores como no fumadores quedan expuestos a sus efectos nocivos.
Unos 700 millones de niños, o sea, casi la mitad de los niños del mundo, respiran aire contaminado por humo de tabaco. Más de un 40% de los niños tienen al menos un progenitor fumador. En 2004 los niños fueron víctimas del 28% de las 600 000 muertes prematuras atribuibles al humo ajeno.
Los efectos del tabaco durante el embarazo (tanto activo como pasivo, de la madre, padre o cualquier conviviente) son prematuridad, muerte súbita del recién nacido, retraso de crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer. En el lactante, edad preescolar y niños mayores predispone a una mayor incidencia de cuadros de asma, infecciones respiratorias y deterioro de la función pulmonar, como constatamos a diario en nuestras consultas de Neumología.
Ni la ventilación ni la filtración, ni siquiera ambas combinadas, pueden reducir la exposición al humo de tabaco en espacios interiores a niveles que se consideren aceptables. Los entornos totalmente exentos de humo de tabaco ofrecen la única protección eficaz.
En muchos países de diferentes partes del mundo ya se han introducido leyes para proteger a las personas de la exposición al humo del tabaco en los lugares públicos. En España existe la ley 42/2010 aprobada el 21 de diciembre de 2010 que modifica la ley 28/2005 para garantizar una buena salud de nuestros pacientes pediátricos. Esta ley prohíbe fumar en cafeterías, restaurantes, centros sanitarios, colegios e incluso en los recintos al aire libre del entorno de estos centros, como patios, campos escolares, parques infantiles y áreas de juego dedicadas a la infancia.
Actualmente existen múltiples tratamientos
para dejar de fumar, aunque uno de los métodos más efectivos es la combinación de información médica con el consiguiente mantenimiento, terapia nicotínica y apoyo psicológico. Desde nuestra institución además alentamos a las familias especialmente a los “hogares libres de humo”.
Artículo del Servicio de Neumología de la Fundació Hospital de Nens. Fuentes: Organización Mundial de la Salud, Asociación Española de Pediatría, Sociedad Española de Neumología Pediátrica.
http://www.golinons.com/artistasbcn/no-fumes-es-malo-para-tu-salud.html