¿Qué debemos saber sobre el inicio de la marcha de los niños?

El inicio de la marcha en los niños es un hito importante en su desarrollo físico y motor. La estimulación motora permanente y de buena calidad por parte de los padres y/o cuidadores del niño permite alcanzar este hito del desarrollo con eficacia. Aquí hay algunos aspectos clave que debes saber sobre este proceso:

¿A qué edad suelen empezar a caminar los niños, y qué señales indican que están listos para dar sus primeros pasos?

La mayoría de los niños empiezan a caminar entre los 9 y 15 meses, aunque cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, algunos niños pueden empezar a caminar un poco antes o después. Las señales que indican que un niño está listo para dar sus primeros pasos incluyen:

  • Interés por caminar: El niño comienza a moverse por sí mismo, ya sea gateando, arrastrándose o intentando levantarse.
  • Apoyo en los muebles: Muchos niños comienzan a caminar aferrándose a muebles o a otras estructuras para mantenerse en pie y moverse lateralmente.
  • Desarrollo muscular: El niño muestra un buen control del tronco y las piernas, pudiendo mantenerse erguido y equilibrado mientras está de pie.
  • Equilibrio: El niño puede estar de pie sin apoyo durante unos segundos o incluso dar pasos cortos mientras se agarra de algo.
  • Motivación: Muestra interés en alcanzar objetos o juegos que están fuera de su alcance, lo que lo anima a dar pasos.
  • Confianza: A medida que el niño se siente más seguro, podría comenzar a soltar las manos de los objetos o personas mientras da pasos.

Es importante recordar que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, y algunos pueden tardar más en caminar que otros.

¿Es recomendable usar andadores o juguetes que ayuden a caminar, o es mejor dejar que el niño aprenda por sí mismo?

Los expertos en desarrollo infantil recomiendan evitar el uso de andadores y fomentar un entorno seguro donde los niños puedan explorar y aprender a caminar de manera natural. Por tanto, no se recomienda el uso de andadores tradicionales, ya que pueden ser peligrosos y, en algunos casos, retrasar el desarrollo motor natural. Los andadores pueden dar una falsa sensación de equilibrio y no permiten que el niño use sus músculos correctamente para caminar. En cambio, los juguetes que se empujan, como carritos o cubos con ruedas, pueden ser útiles, ya que apoyan al niño mientras aprende a caminar de forma autónoma. Las siguientes consideraciones apoyan este mensaje:

  • Desarrollo del equilibrio y la coordinación: Dejar que el niño aprenda a caminar por sí mismo puede ayudar a que desarrolle su equilibrio y coordinación de manera natural. Caminar es una habilidad que se aprende a través de la práctica y el movimiento libre.
  • Peligros asociados: Los andadores pueden presentar riesgos de seguridad, ya que pueden permitir que los niños se desplacen rápidamente y alcancen lugares peligrosos, como escaleras, sin la supervisión adecuada.
  • Desarrollo muscular: Cuando los niños se mueven por sí mismos, fortalecen los músculos que necesitan para caminar. Los andadores pueden limitar este desarrollo muscular y la práctica de habilidades motoras.
  • Tiempo de juego libre: Fomentar el juego libre y permitir que el niño explore su entorno puede ser más beneficioso para su desarrollo global. Esto incluye ayudarles a practicar el equilibrio y la marcha sin elementos que los asistan.

¿Cuáles son los factores que pueden influir en que algunos niños tarden más en empezar a caminar, y cuándo es necesario consultar con un pediatra?

El desarrollo de la motricidad gruesa, como el caminar, puede variar de un niño a otro. Existen varios factores que pueden influir en el tiempo que tarda un niño en empezar a caminar:

  • Genética: La historia familiar puede influir en el momento en que los niños comienzan a caminar. Si los padres o hermanos caminaron más tarde, es posible que el niño también lo haga.
  • Desarrollo físico: El tono muscular y la fuerza en las piernas y el tronco son cruciales para caminar. Algunos niños pueden tener un desarrollo muscular más lento.
  • Entorno: La estimulación y el ambiente en el que crece el niño pueden afectar su desarrollo. Niños que tienen más oportunidades de moverse, explorar y practicar habilidades motoras pueden caminar antes.
  • Temperamento: Algunos niños son más aventureros y se sienten cómodos explorando, mientras que otros pueden ser más cautelosos y esperar más tiempo antes de dar este paso.
  • Condiciones de salud: Problemas de salud, como dificultades en el desarrollo neuromuscular, problemas ortopédicos o condiciones genéticas, pueden influir en el tiempo que tarda un niño en caminar.
  • Interacciones sociales: La imitación de otros niños y la interacción social pueden motivar a un niño a caminar. Los niños que tienen compañeros que caminan pueden sentirse estimulados a intentarlo.

Con respecto a cuándo es necesario consultar con un pediatra, se recomienda lo siguiente:

  • Si el niño no demuestra interés en ponerse de pie o intenta caminar a los 15 meses.
  • Si a los 18 meses, el niño no puede sostenerse solo ni dar pasos.
  • Si a los 2 años, no puede caminar o lo hacerlo con mucha dificultad.
  • Si tienes preocupaciones sobre el desarrollo motor o la coordinación.
  • Si el niño presenta debilidad evidente en las piernas o problemas para mantener el equilibrio.

Es importante recordar que cada niño se desarrolla a su propio ritmo, pero si hay dudas o preocupaciones, siempre es mejor consultar con su pediatra.

¿Qué tipo de calzado es el más adecuado para los primeros pasos de los niños, y cuándo es recomendable empezar a usar zapatos?

Cuando se trata de los primeros pasos de los niños, es fundamental elegir un calzado que apoye su desarrollo y brinde la mejor comodidad posible. Aquí hay algunas recomendaciones sobre el tipo de calzado adecuado y cuándo es recomendable empezar a usar zapatos:

Tipo de calzado adecuado para los primeros pasos:

  • Zapatos suaves y flexibles: El calzado debe ser lo suficientemente blando y flexible para permitir que el pie se mueva de forma natural. Elige zapatos hechos de materiales suaves, como cuero o lona, que se adapten bien al pie del niño.
  • Suela antideslizante: La suela debe ser resistente pero no excesivamente rígida. Opta por suelas de goma que ofrezcan buen agarre y tracción, para evitar caídas.
  • Espacio suficiente: Asegúrate que haya suficiente espacio en la punta del zapato para que los dedos del niño se muevan y se estiren. No deben estar apretados.
  • Cierre adecuado: Los zapatos deben tener un buen sistema de cierre, como velcro o cordones, para asegurar que el zapato no se salga durante las actividades.
  • Ligero: Un zapato ligero ayudará a que el niño no se sienta cansado mientras aprende a caminar.

Cuando es recomendable empezar a usar zapatos:

  • A partir de los 9-12 meses: Los bebés que comienzan a estar de pie y dar sus primeros pasos a menudo pueden usar zapatos en interiores si el suelo es frío o desigual. Sin embargo, es preferible que caminen descalzos o con calcetines antideslizantes en casa para fomentar el desarrollo de los músculos y la coordinación del pie.
  • Cuando caminen fuera de casa: A medida que el niño se acostumbra a caminar y se siente más seguro, es recomendable ponerle zapatos cuando sale, especialmente en superficies duras o ásperas.

¿Cómo pueden los padres ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la coordinación del niño para facilitar el proceso de aprender a caminar?

Los padres pueden desempeñar un papel fundamental en el fortalecimiento de los músculos y la mejora de la coordinación de sus hijos pequeños, lo que facilitará el proceso de aprender a caminar. Aquí hay algunas recomendaciones que con practica continua resultan efectivas:

  • Ejercicios de Tummy Time: Colocar al bebé boca abajo durante cortos períodos de tiempo mientras está despierto ayuda a fortalecer los músculos del cuello, los hombros y la espalda, que son esenciales para la postura y el equilibrio.
  • Juegos en el suelo: Fomentar el tiempo de juego en el suelo permite que el niño explore y se mueva. Esto incluye arrastrarse, girar y alcanzar juguetes, lo cual ayuda a desarrollar la fuerza muscular y la coordinación.
  • Uso de juguetes estacionarios: Aunque no se deben usar andadores caminantes, los juguetes o andadores estacionarios (los juguetes que se empujan, carritos o cubos con ruedas) pueden proporcionar apoyo adicional mientras el niño juega, ayudando a fortalecer las piernas y mejorar la estabilidad.
  • Proporcionar superficies seguras para caminar: Crear un entorno seguro donde el niño pueda intentar caminar sin el riesgo de caerse o hacerse daño. Las alfombras blandas o los espacios abiertos son ideales.
  • Juegos activos: Jugar a juegos que fomenten el movimiento, como lanzarle una pelota al niño o animarlo a seguir un juguete que se mueve, puede motivar al niño a moverse y caminar.
  • Jugar a saltar y bailar: Animar al niño a saltar o bailar al ritmo de la música ayuda a desarrollar la coordinación y el equilibrio, además de ser una actividad divertida.
  • Ayuda para levantarse: Si el niño está intentando levantarse, proporcionar apoyo y un lugar seguro para que se agarre puede ayudarle a practicar la posición vertical y la fuerza en las piernas.
  • Fomentar el equilibrio: Practicar actividades que requieran equilibrio, como caminar sobre una línea dibujada en el suelo o balancearse sobre un pie, puede ser útil cuando el niño esté más avanzado en su aprendizaje.
  • Dar el ejemplo: Los padres deben moverse mucho y ser activos para que el niño imite su comportamiento. Mostrar entusiasmo por caminar y explorar el entorno puede motivar al niño a intentar hacerlo.
  • Paciencia y estimulo: Es fundamental que los padres sean pacientes y ofrezcan palabras de estímulo. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, y el apoyo emocional es vital para que se sientan seguros al intentar nuevas habilidades.

Al implementar estas estrategias de manera regular, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar la fuerza y la coordinación necesarias para caminar con confianza.