400 años de Carisma Vicenciano

Siempre cerca de las persones que más lo necesitan.

¿Cómo se inició el carisma vicenciano que llega hasta nuestros días? Esta es la pregunta que muchos nos hacemos y que en este año en que celebramos los 400 años de su creación intentaremos dar respuesta a la vez que profundizar en ello.

Era Agosto de 1617 cuando San Vicente fue destinado a la parroquia de Chatillon sur Dombes, tierra muy castigada por la reciente guerra. Allí San Vicente predicaba principalmente sobre la Caridad.

Uno de aquellos domingos de agosto antes de iniciar la misa dominical se le acercaron unas personas que le alertaron sobre la necesidad urgente que tenía una familia en un campo cercano, este hecho representó un gran cambio para él y para las personas que lo rodeaban.

Así lo cuenta el mismo San Vicente “…estaba todo el mundo enfermo, sin que quedase ni una sola persona ara asistir a las otras, y todas en una necesidad que es imposible expresar. Esto me tocó sensiblemente el corazón; no dejé de decirlo en el sermón con gran sentimiento, y Dios, tocando el corazón de los que me escuchaban, hizo que se sintieran todos movidos de compasión por aquellos pobres afligidos” (Coste IX, 232).

La consecuencia de esta compasión fue que la familia se vio inundada de visitas y de víveres para sobrellevar su difícil situación, cuando San Vicente comprobó la situación agradeciendo la generosidad de las personas afirmó “Esta caridad no está bien ordenada” y esta fue la semilla de la asociación de Caridad, basada en la máxima “la Caridad es la marca infalible de los verdaderos hijos de Dios” juntamente con otro criterio de San Vicente: “No basta con hacer el bien, hay que hacerlo bien”.

Este es el inicio del aniversario que este año celebramos del carisma vicenciano, con el lema “Fui forastero y me recibisteis” (Mt. 25,35) de tanta urgencia de aplicar hoy mismo como lo fue en aquel momento atender a la familia enferma de Chatillon.