No hace falta que las noticias lo anuncien, todos nos damos cuenta pisando la calle o con las dificultades para dormir por la noche, ¡estamos en plena ola de calor!
Que haga calor en verano no debería ser noticia, ya que es lo lógico. Sin embargo, las elevadas temperaturas, además de dificultar las tareas cotidianas, pueden ser un problema especialmente para las personas con salud más delicada.
Las recomendaciones generales incluyen entre otras, evitar actividades enérgicas en las horas centrales del día intentando estar en la sombra o lugares acondicionados, aumentar la ingesta de bebidas y alimentos frescos como frutas y verduras, y utilizar prendas de ropa ligeras y transpirables.
Los niños a partir de 3-5 años tienen capacidad para regular sin problemas las diferencias de temperatura. ¡Pensad que hay niños creciendo en todas las latitudes del planeta! De hecho, la percepción es que “soportan” mejor el calor que los adultos. Debemos tener especial precaución eso sí con los más pequeños, a los que debemos hidratar de forma adecuada y mantener protegidos del sol, o los niños con alguna enfermedad que pueda descompensarse. ¡Precaución también en el interior de los vehículos!
Son días ideales ¡para el remojo y también para las siestas generosas!
