En Guatemala por una nutrición adecuada

Cuatro de cada diez niños y niñas (43.4%) menores de cinco años presenta desnutrición crónica, condición que provoca menos retención escolar, menor productividad, propensión a adquirir enfermedades y hasta pérdida del coeficiente intelectual, efectos irreversibles durante toda la vida.

Teniendo en cuenta que la crisis económica global y los efectos del cambio climático, especialmente sequías, están afectando aún más las economías y la subsistencia de las familias indígenas y de las más pobres, siendo los niños y las niñas entre los más afectados. La desnutrición crónica afecta a ocho de cada diez (80%) de los niños y las niñas indígenas, según el informe de UNICEF.

Cerca de tres millones de guatemaltecos carecen de acceso al agua potable y aproximadamente seis millones no tienen acceso a servicios de saneamiento mejorado.

Considerando que la desnutrición en la primera infancia tiene un impacto en todo el ciclo de vida. En esta etapa se modelan y estructuran las bases fundamentales de las características físicas, cognitivas y psicológicas que se consolidarán en sucesivas etapas del desarrollo. Los niños y niñas que se desnutren en los primeros años de vida, se exponen a mayores riesgos de muerte durante la infancia, y de morbilidad y desnutrición durante todo el ciclo de vida, limitando su potencial de desarrollo físico e intelectual, lo que contribuye a perpetuar el ciclo de la pobreza.

La Fundació Hospital de Nens de Barcelona en colaboración con la Compañía Hijas de la Caridad articulan un Centro de Recuperación Nutricional y Consultas Externas con el propósito de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional a la población materno-infantil del municipio de Dolores, Petén, en Guatemala, desde una perspectiva de garantía de derechos. El CRN dedica sus esfuerzos a luchar contra la desnutrición crónica que presentan cuatro de cada diez niños y niñas (43.4%) menores de cinco años.

EN 2016 se han atendido un total de 2503 niños/as de distintas edades en consultas externas con distintas patologías mayoritariamente consecuencia de la falta de una nutrición adecuada. E ingresaron 50 niños, el 10% menos que en el año anterior, y el ingreso tuvo una duración media de 60 días para superar la desnutrición que sufrían al llegar.