¿Son frecuentes y conocidas?
Se trata de enfermedades conocidas desde hace tiempo pero con gran eco mediático cuando aparecen casos. En especial cuando los casos suceden en países desarrollados. Tanto por la elevada mortalidad que pueden presentar como por la posible facilidad de transmisión de algunas de ellas.
El aumento de frecuencia y velocidad de los viajes internacionales hacen relativamente fácil la entrada de personas aparentemente sanas, pero que están incubando enfermedades infecciosas peligrosas.
La situación de España como puerta de entrada a Europa de latinoamericanos y africanos podría favorecer la importación de agentes infecciosos tropicales, entre ellos los virus causantes de estas enfermedades.
¿Quién las produce? ¿Cómo las adquirimos?
Son enfermedades causadas por virus de cinco familias diferentes: Arenaviridae, Bunyaviridae, Filoviridae, Flaviviridae, y Paramyxoviridae.
Cada una de estas familias comparten una serie de características:
- Son todos los virus de ARN, y están todos cubiertos o envueltos en una capa grasa (lípido).
- Su supervivencia depende de un huésped animal o insecto, llamado el reservorio natural.
- Los virus están restringidos geográficamente en las zonas donde viven las especies que los albergan.
- Los seres humanos no son el reservorio natural para cualquiera de estos virus. Los seres humanos se infectan cuando entran en contacto con los huéspedes infectados. Sin embargo, con algunos virus, después de la transmisión accidental del anfitrión, los seres humanos pueden transmitir el virus a otros a través de contacto directo con la sangre u otros fluidos corporales, que contiene partículas de virus, de los individuos infectados. La transmisión aérea también se ha informado en relación con ciertos virus como Lassa y Crimea-Congo (y menos probablemente Ébola y Marburg). El contacto con objetos contaminados con estos materiales, tales como equipos médicos, también se asocia con la transmisión.
- Los casos humanos o brotes de fiebres hemorrágicas causadas por estos virus ocurren de forma esporádica e irregular. Las personas con mayor riesgo de infección secundaria son las que están en un contacto más estrecho con las personas infectadas, aportándoles cuidados médicos o de enfermería, y los trabajadores de laboratorio que manejan su sangre, sus tejidos u otras muestras .
- La aparición de brotes no se puede predecir fácilmente.
- Con unas pocas excepciones notables, no existe una cura o tratamiento farmacológico establecido para estas enfermedades.
¿Dónde se ubican habitualmente estos virus y transmisores?
La supervivencia de estos virus depende del huésped y están restringidos geográficamente en áreas en las que habitan las especies que intervienen en los su ciclo natural (África, algunas zonas de América del sur, algunas zonas rurales del Oriente medio, Oriente lejano y este de Europa). La posibilidad de instaurarse en España y zonas de la Europa meridional existe, ya que habitan vectores y reservorios adecuados para su mantenimiento.
¿Cómo se presentan?
La clínica varía según las diferentes enfermedades que las pueden producir.
De forma muy general podríamos decir que, después de un período de incubación, que según la enfermedad, de 3 a 21 días aparecen las primeras manifestaciones. Fiebre, mareo, fatiga, astenia, dolores articulares, dolores musculares, pérdida de peso y cansancio importantes suelen ser las primeras manifestaciones clínicas. Posteriormente aparecen manifestaciones como conjuntivitis, petequias o exantemas, que son signos sugerentes. Las formas graves presentan manifestaciones de sangrado subcutáneo, órganos internos y orificios corporales. Algunos pacientes pueden desarrollar shock, disfunción del sistema nervioso centrales, coma y en algunos casos fracaso renal.
Artículo escrito por el Dr. Martínez Roig. Septiembre de 2016
